- La
visión, la utopía, el contexto monetario
- Soberanía
sobre la masa monetaria en circulación, soberanía para emitir
moneda
- Soberanía
monetaria de los productores, de las empresas, las cooperativas y los
trabajadores
- Soberanía
monetaria ciudadana para financiar los Comunes
- Debilidades
de la moneda soberana con crédito de reserva 100%
- El
crédito peer-to-peer sin reserva
- La
emisión ciudadana del Soberano para los Comunes
- El
papel del voluntariado como bomba osmótica de transferencia de
valor
- Convertir
las donaciones a Soberanos para mover el molino
- Soberanía
para llevar los registros en forma peer-to-peer
La
Soberanía Monetaria la entendemos como la capacidad de los
ciudadanos para emitir directamente la moneda necesaria para la
economía y la gestión de los Comunes, y de llevar directamente los
registros de las transacciones, sin intermediarios.
Por
supuesto no basta, el sistema monetario debe estar bien diseñado
para la economía y bien gestionado.
La
visión, la utopía, el contexto monetario
El
escenario de contexto para estos apuntes es el escenario tras algo
así como una Gran
Transición hacia una economía sostenible
y socialmente mas justa. Esta aproximación es valida si pensamos que
la vía a una sociedad pos-capitalista no sera solo, ni
fundamentalmente, una conquista del poder político y un cambio desde
ese poder o de la “movilización”, sino a través de la
Consolidación
de Islas de Economía Social, gestando de esta
forma un contra-poder
de economía social, unos planes B que se
puedan imponer al gran capital en los pulsos políticos, unos planes
B fuera de la telaraña del dinero deuda, sin que la única
alternativa sea la regresión
a los métodos mas primitivos de trueque como
sucede ahora en Grecia, y que este contra-poder, vivido por millones
como una realidad posible, crecerá hasta que esta se convierta en
dominante.
Además,
desgraciadamente, los sistemas monetarios no admiten una solución
sencilla de alguna moneda milagrosa (sea “independiente de los
bancos centrales”, sea “con demurrage”, sea “de crédito
mutuo”, sea lo que sea). El sistema monetario esta estrechamente
vinculado al gobierno de una comunidad, a la gestión de su economía
y sobre todo a la gestión de los Comunes
(del Procomún).
Por
tanto, usar un escenario completo de la visión especulativa,
utópica, de una sociedad pos-capitalista nos permite visualizar
aspectos que están elípticos o poco evidentes en cada una de las
islas de economía solidaria emergentes, que tienen modelos de
negocio diferentes y un encaje diferente en la sociedad futura
(algunos son embriones de servicios sociales, otros de empresas
cooperativas, etc.), y visualizar sobre todo sobre todo los aspectos
de su posible relación con el gobierno comunitario y el posible
proceso de transición (Rob Hopkins, The
Transition Handbook: From Oil Dependency to Local Resilience).
El
objetivo seria dotar a cada una de esas islas de la herramienta de un
sistema monetario completo, escalable al sistema final. Con eso se
facilitaría la aglutinación en sistemas superiores de propuestas
que ahora parecen divergentes y su crecimiento.
Quizás
el aspecto con mas impacto de esa visión socio-económica para el
sistema monetario del futuro, mas allá de la preeminencia del
Procomún
y el trabajo cooperativo, es que la tendencia a
la globalización de la economía se ha convertido en una tendencia a
la localización,
al “compra
local”.
El factor clave es la sostenibilidad y la carestía
del transporte debido a la carestía de la energía, incluso aunque
en su mayoría sea renovable.
Por
tanto, la economía tendrá el principio de
subsidiariedad como
una de sus bases mas determinantes. En
términos políticos, la subsidiariedad es el principio ampliamente
aceptado de que es mejor decidir y ejecutar todo lo más cercano a
las personas que se verán afectadas. En
términos económicos, esto significa que se han revertido las
economías de escala para hacer la economía local mucho más
eficiente en la mayoría de las áreas en cuanto al tamaño apropiado
para las industrias, una óptima flexibilidad ante los cambios
(“resilience”) y para su permeabilidad a la innovación (un nivel
menor de inversión necesaria). El principio de reutilizar y
reciclar refuerza esta tendencia.
Queda
para la producción global solo lo que es más eficiente que sea
global, considerando todo el ciclo de vida. Por ejemplo, algunas
producciones industriales (chips, instrumentación electrónica,
semiconductores, productos farmacéuticos, los módulos de los
sistemas de transporte, como las ruedas motoras del vehículo
eléctrico) seguirán siendo de producción global o continental,
mientras que su ensamblaje puede ser local o incluso micro a nivel de
“hazlo tu mismo” en pequeños talleres de barrio altamente
robotizados, con maquinas de impresión 3D, etc. usando repositorios
de diseño de ingeniería abierta bajo licencia Creative
Commons. Otros ejemplos de producción global
son el troncal de la Internet o el conocimiento (como Wikipedia).
El
resto, sobre todo lo que implique gran peso (alimentación) o
implique transporte de personas (servicios), sera producción para
mercados a escala de nación, región o local. La confección de
ropa, muebles, utensilios del hogar, e incluso el ensamblaje de los
vehículos eléctricos puede ser local. En alimentación, habrá un
crecimiento espectacular de la agricultura urbana, ocupando un lugar
en la cadena del agua y de los residuos
en cada ciudad. Los servicios sociales de sanidad, educación,
ancianos, dependientes, se gestionaran de forma más local,
vinculados a tasas e impuestos de ciudadanía locales.
A
ello le corresponde un ecosistema de monedas a todas esas escalas. Un
ecosistema con prácticamente una
moneda para cada bien, incluyendo monedas fiat
para la gestión de los Comunes a cada escala de gobierno comunitario
(nación, regional, local, micro).
Las monedas respaldadas por una producción: A niveles
geográficamente mas amplios, en tierra de nadie, habrá
probablemente un predominio de monedas orientadas al “barter” o
monedas B2B y monedas B2P (monedas
promesas de bienes, productos y servicios).
Son monedas que son un bono o vale o prenda por un producto o
servicio existente, en depósito, o futuro.
Las monedas fiat de curso legal: A niveles mas locales, y
dado que los servicios sociales (educación, salud, seguridad,
transporte local, y en el futuro también la generación de la
energía como bien común) se gestiona a nivel local, habrá un
predominio de las monedas con las que se recaudan los impuestos, es
decir las monedas de curso legal, que son las monedas con las que se
financian los servicios públicos.
Un
ecosistema complejo de monedas impone una barrera intermedia a la
solución de la doble
coincidencia de deseos que los sistemas
monetarios históricamente deben solucionar. Es por ello que se ha
tendido a monedas únicas. Esta barrera queda muy amortiguada en un
sistema basado en cripto-monedas con unos mercados de intercambio
ágiles y monederos electrónicos multi-moneda. Con ello se amortigua
mucho la necesidad de una moneda monopolista en grandes regiones
geográficas. Parece razonable asumir que cada persona puede manejar
con comodidad un puñado de monedas diferentes en la vida cotidiana,
sin implicar mayor complejidad a como ahora maneja diversas cuentas
bancarias. Es necesario que un cambio de divisa se pueda hacer desde
el mismo monedero sin mas dificultad que ahora se hace una
trasferencia. El equilibrio probablemente esta entre 5 a 10 monedas
populares en una zona dada.
Es
en el contexto de este ecosistema que hemos perfilado a grandes
brochazos como pretendemos discutir la soberanía monetaria.
Soberanía
sobre la masa monetaria en circulación, soberanía para emitir
moneda
“Give me control of a nations money supply, and I care not who
makes it’s laws”
Amschel Rothchild
Soberanía
implica controlar la masa monetaria en circulación, y soberanía
para emitir moneda.
En
el sistema actual, la masa monetaria se regula mediante el grifo del
crédito. La necesidad de crédito esta en función directa de la
temperatura de la economía, en el volumen e intensidad de las
transacciones necesarias. El invento de la banca de reserva
fraccionaria por el que se puede generar dinero de la nada, siempre
que se devuelva, es un invento genial para seguir esos cambios de
temperatura, esencial para la economía moderna.
Esta
capacidad de crear dinero de la nada esta ahora en manos de los
bancos, que monopolizan la emisión de dinero en forma de crédito a
las empresas y la emisión de dinero de curso legal a los Gobiernos.
Los Bancos Centrales solo controlan muy indirectamente la masa
monetaria a través de la emisión publica de las reservas con las
que operan los bancos.
Nótese que esto es posible por la fusión, en los registros
electrónicos del banco, de las cantidades de moneda legal emitidas
por el Banco Central y el dinero bancario. El dinero bancario, al
comienzo de la banca de reserva fraccionaria, consistía
originalmente en pagarés bancarios y el dinero de curso legal
consistía en las monedas y billetes emitidas por la Casa de la
Moneda, y era a su vez un pagare de las reservas en oro. Ahora ambos
se confunden en un mismo registro cuantificado en la denominación de
la moneda de curso legal, que no promete ya nada. Es puro dinero
fiat. Y se usa tanto para las necesidades del mercado libre, como
para las necesidades de los servicios públicos.
Por
este mecanismo, los bancos controlan la economía.
Los bancos se han hecho con este poder a partir de llevar el
registro (electrónico) de las transacciones de todo el mundo, y
ganarse una reputación, merecida, de llevarlas escrupulosamente.
Hoy ya solo queda una fracción de las transacciones en dinero
“cash”.
El segundo poder, el de generar dinero de la nada, ha sido posible
por ganarse una reputación, también, de analizar la solvencia del
acreedor, y garantizar que se devuelve el préstamo, de forma que la
masa monetaria vuelve a equilibrio. Una innovación financiera
brillante. No hay objeción moral que hacerle, si funciona.
El beneficio que se destila de todo ello es el interés, que al
principio se estableció como una participación en los beneficios,
pero también en los riesgos, y luego se despoja de todo riesgo al
crear dinero de la nada. El interés ha cumplido una función de la
expansión de la economía en los primeros siglos de la banca de
reserva fraccionaria. A un dinero (para pagar la deuda mas el
interés) que sale de la nada, se pueden traer productos “de la
nada” (para un ingles, “de la nada” es “overseas”).
El
sistema, inventado en el siglo XVII, se ha corrompido y ha alcanzado
su fin de ciclo.
El “blockchain” permite llevar los registros de las
transacciones de una manera mas fiable y segura, sin intermediarios,
directamente P2P.
Los bancos han defraudado su función de analizar la solvencia para
dar crédito y han usado su magia de crear dinero para fines
especulativos y de creación de burbujas. Todo el margen esta ahora
en el capital financiero, mientras los margenes del capital
productivo se reducen a cero, ya sin ningún vinculo con la economía
real convirtiendo en falacia toda la cháchara sobre el rol de la
competencia. Es hora de democratizar de forma radical esta capacidad
de analizar la solvencia. Llevar los registros en el “blockchain”
es la condición.
Ahora, el interés genera una necesidad compulsiva de crecimiento
del PIB (el volumen de mercancías intercambiadas con dinero) que
nos lleva a la destrucción del planeta. La sostenibilidad del
planeta implica acabar con el capitalismo financiero de la deuda con
interés (This
changes Everything, Naomi Klein).
Aunque
no se mencione, en todo lo que sigue se entiende que el crédito NO
DEBE TENER INTERÉS. Otra cosa es la inversión, que puede dar
lugar a una participación en beneficios.
Soberanía
monetaria de los productores, de las empresas, las cooperativas y los
trabajadores
La
primera soberanía consiste en que cualquier persona o empresa que
ofrezca bienes y servicios para la venta en el mercado está
capacitada para emitir moneda. E.C.
Riegel lo expresa de esta manera en “Flight
from Inflation”: "Un aspirante a emisor
de dinero debe, a cambio de los bienes o servicios que compra en el
mercado (con su moneda), poner sus propios productos o servicios en
el mercado. En esta simple regla de equidad radica la esencia del
dinero". Esta moneda es un auto-crédito de los productores para
financiar sus insumos, y se redime al final del ciclo productivo
contra entrega del producto. Como nadie está obligado a aceptar esa
moneda, su aceptación dependerá de la credibilidad del productor.
Es la moneda del panadero en el mercado medieval. Es la moneda de un
banco de tiempo. Puede ser la moneda de la industria
agro-alimentaria.
“Essentially,
a currency should be a credit instrument that is spent into
circulation by a trusted issuer on the basis of his commitment to
accept it back in payment for desired goods and services that he is
ready, willing and able to deliver.”
Esta
capacidad esta ahora casi al completo en manos de los bancos,
mediante la emisión de dinero (de curso legal) en forma de crédito.
Son los bancos los que conceden los créditos que las empresas, y
sobre todo las PYMES, necesitan para la gestión de su ciclo
productivo y la falta de certeza en ventas, compras, precios, pagos,
una falta de certeza que las grandes empresas, manejando grandes
números, sufren en menor medida. Son los bancos los que conceden los
créditos para la pequeña inversión en bienes y herramientas de
producción cuando no hay aporte de capital.
Las
grandes empresas ya hacen uso de este sistema con sus bonos y vales.
El sistema se puede generalizar a distintas ramas de la producción,
distribución y servicios, con monedas gremiales. Por ejemplo, puede
haber una moneda para los que ofrecen sus servicios profesionales
como autónomos, emitidas por sus asociaciones, la “HORA
PROFESIONAL”, y cada profesional establece la tarifa de su hora
real.
Estas
monedas son legalmente un contrato del emisor con el portador, una
promesa, de un producto o un servicio.
No
obstante, hay que señalar que, salvo para las muy grandes empresas
que emitan su propia moneda, la gestión colectiva de estas monedas
por asociaciones gremiales no deja de tener sus complicaciones. Hay
que ponerse de acuerdo en la producción global y la participación
de cada empresa que comparta la moneda, poner mecanismos contra el
fraude o el incumplimiento, etc. Hay que definir la gama de productos
a la que se refiere, y su periodo de validez (por ejemplo una gama de
verduras frescas, a la que luego se pondrá un precio a cada una, y
de que cosecha).
Este
tipo de moneda es previsible que cubra solo una parte del mercado,
donde esto sea fácil de hacer, probablemente en sectores poco
competitivos y un “market share” estable, y con productos de una
gama de precios limitada.
Por
eso cabe suponer que otra parte de la industria usara la moneda fiat
como instrumento mediador.
La
conclusión es que la masa monetaria de la moneda fiat, aunque muy
disminuida, siempre sera mayor que la masa monetaria necesaria para
gestionar los Comunes, para cubrir ademas esta parte del mercado
libre que no puedan cubrir las monedas respaldadas por la promesa de
un bien.
En
cualquier caso, borran de un plumazo la necesidad de una ingente
cantidad de crédito, especialmente el crédito basado en un
colateral, como los créditos hipotecarios. Con estas monedas, las
hipotecas y las compras de bienes de capital se sustituyen
por otro mecanismo. Son los productores de
bienes duraderos los que se auto-creditan (por ejemplo la industria
de la construcción emite moneda por el valor de sus construcciones,
y con ello financia la obra) y venden, a plazos, en su moneda.
El
crédito (el dinero deuda) difícilmente tiene sentido en estas
monedas, porque ya son una forma de auto-crédito respaldadas por una
producción de mercancía prometida futura (incluyendo los Bancos de
Tiempo). No tiene ningún sentido emitir de la nada bonos por tomates
en una cantidad mayor que la cantidad de bonos emitidos por la
industria del tomate contra su cosecha futura. Eso no hará que haya
más tomates.
Apple
ha lanzado un estándar, Apple
Passbook, que se usa para entregar bonos
descuento, entradas y otros como bonos de viaje. Hay “apps” tipo
monedero para Android (por ejemplo Pass2U)
y iOS que permiten hacer transacciones y pagar con estos bonos
digitales. Sin embargo, no permiten fraccionar ni hacer cambios
“monetarios”. Pagar con fracciones de estas monedas es como
entregar “participaciones de lotería”, que deben llevar la
referencia del boleto original.
Habrá
que esperar a la tecnología de la cadena de bloques para soluciones
mas manejables. El sistema en cadena de bloques debera incluir un
servidor de contendidos para incluir los meta-datos del producto (con
fotos, logo, etc.). En ese sentido, la herramienta SWARM
planificada para ethereum 2.0, una especie de Bittorrent para activos
digitales, es muy prometedora.
Soberanía
monetaria ciudadana para financiar los Comunes
La
segunda soberanía consiste en la emisión (o control sobre la
emisión) de la moneda de curso legal que se use para la gestión de
los Comunes en una comunidad dada. Es decir, controlar la masa
monetaria de la moneda que use el órgano de gobierno de una
comunidad para pagar los servicios comunes y recolectar las
contribuciones o impuestos. Por Comunidad podemos entender un Estado,
pero también un Gobierno Regional, un Ayuntamiento o una Entidad de
Barrio de Economía Solidaria.
Debilidades
de la moneda soberana con crédito de reserva 100%
La
corriente monetaria de dinero positivo (International
Movement for Monetary Reform, con
positivemoney.org
a la cabeza), propone arrebatar la capacidad de emisión de dinero a
la banca privada y delega la decisión de la emisión (o destrucción)
de moneda en circulación al Parlamento, conforme a las necesidades
de los Presupuestos Generales del Estado (para el caso de un Estado).
En unos Presupuestos Generales del Estado equilibrados se puede usar
el dinero recogido en impuestos el año anterior (que sera igual al
gastado) y no hay que tocar la masa monetaria. En unos PGE expansivos
se emite un complemento de moneda “soberana”, sin pedir crédito
a nadie, emitiendo de la nada el dinero necesario. En unos PGE
contractivos se destruye parte del dinero recogido el año anterior.
La
corriente de dinero positivo propone para los bancos la función
estricta de intermediario, es decir, los créditos solo se pueden
hacer con dinero previamente ahorrado y depositado. Propone
generalizar a la economía global el sistema de prestamos entre
amigos: “me lo saco de mi bolsillo”.
En
definitiva, la corriente de dinero positivo propone regular la masa
monetaria por el grifo de los Presupuestos Generales del Estado.
Esta
solución no es convincente.
Escasez
de crédito: Vincular la masa monetaria total, que debe reflejar
las necesidades de la economía en general, a las rigideces de la
economía de los Comunes, a los PGE, que en ocasiones pueden tener
tendencias contractivas o expansivas contradictorias, parece una
rigidez innecesaria. Las necesidades adicionales variables de la
economía en general para superar estas rigideces no se pueden
atender solo con monedas de auto-crédito tipo “vale por
mercancía”, o por otras monedas complementarias, de emisión libre
por los productores. Una gran parte de la economía solucionara el
problema de la doble coincidencia de intereses con la moneda mas
genérica y mas deseada, que es la moneda usada para los impuestos.
Por tanto, el crédito debe usar la moneda de curso legal.
No
se puede decir que un 97% del dinero en circulación es dinero deuda,
y a continuación minimizar la envergadura de la necesidad de
crédito. La deuda total en España ronda los 3 billones de euros. La
deuda hipotecaria, a reemplazar en el futuro por pago en monedas
de ciclo largo, ronda 1 billón. Los PGE rondan
los 0,5 billones. Es decir, resta una necesidad de deuda adicional de
1,5 billones. El total del ahorro familiar es del orden de los 2
billones, pero su mayoría es inversión. Los depósitos disponibles
para créditos tipo IMMR no llegan a 0,5 billones. Por muy
desequilibrada que este la economía frente a una economía
sostenible, hay un déficit de cerca de 1 billón a cubrir o con
monedas bono de producto, o crédito peer-to-peer.
“In the future, the increasingly significant role of
peer-to-peer finance in debt markets is likely to further reduce the
importance of bank lending to business”
Es
decir, que su sistema de “dinero soberano” (el emitido para los
PGE) solo se sostiene si, ademas, hay financiación peer-to-peer.
La
solución brillante de la banca de reserva fraccionaria es que la
masa monetaria total venga determinada por la cantidad de crédito
necesario, que el crédito se haga en la moneda usada para los
impuestos, - la moneda de curso legal -, y lo que hay que hacer es
que se democratice de forma radical la autorización del crédito,
es decir, que sean los mismos ciudadanos los que autoricen la
emisión, de la nada, del dinero soberano necesario para el crédito,
y de paso, el necesario para el presupuesto de los Comunes. Es al
revés de como propone el IMMR, no es que los ciudadanos usen para la
economía el dinero emitido por el gobierno, sino que el gobierno
usara una parte del dinero soberano, emitido por los ciudadanos para
la economía, para los gastos de los Comunes.
Es
monopolista, anti-soberanía: para solucionar, nuevamente, la
doble coincidencia de intereses, es decir, que cada deudor tenga que
buscar unos prestamistas que tengan en ese momento los depósitos, la
disponibilidad, y la voluntad de hacer el préstamo, se necesitan
unas entidades (los bancos) que hagan de intermediarios y dispongan
de vastas cantidades de depósitos disponibles para el crédito. En
una de las propuestas mas detalladas de positivemoney.org, Bank
of England (Creation of Currency) Bill 2011,
los usuarios tienen dos cuentas de sus depósitos, una cuenta
corriente y una cuenta de ahorros, de libre disposición del banco
para el crédito. A cambio de una renta!!! Esto nos lleva de nuevo:
al monopolio de los bancos en el registro de las transacciones
al monopolio de los bancos para la autorización de los créditos
y de vuelta al interés!!!! no hay razón ninguna para que alguien
congele parte de sus activos sin obtener un rédito
Tal
poder en manos de bancos (o quien sea), y la rigidez del sistema,
traerían muy pronto de vuelta al monstruo de la deuda sin reservas.
Algunas
cripto-monedas están en fase de definición de soluciones para el
crédito. En las cripto-monedas de primera generación hay que minar
la masa monetaria, es decir, que no se puede generar dinero de la
nada. Por ello, la solución es una segunda moneda, intercambiable
con la primera, que es la “moneda crédito”. Con ello,
solucionamos que el registro de las transacciones sea distribuido, en
la cadena de bloques. Solucionamos también que no haya interés.
Pero de nuevo necesitamos una entidad monopolista que mina y vende
toda la “moneda crédito”.
La
solución para el crédito con moneda soberana solo se encontrara con
las cripto-monedas de segunda generación, como ethereum, donde se
mina el fuel de la infraestructura financiera (el ether), pero donde
la masa monetaria de una moneda en concreto puede generarse de la
nada, con una linea de codigo.
El crédito peer-to-peer sin reserva
Probablemente
el mayor impedimento intelectual para alumbrar como debe funcionar el
crédito en un sistema monetario soberano es el “horror vacui”
ante la herejía moral de que el dinero se pueda generar de la nada.
A
los educados en los principios de la física moderna no nos causa
ninguna sorpresa que una partícula aparezca de la nada o donde no se
supone que debe de estar. Siempre que sea por un tiempo.
Hasta
que no se entienda la genialidad de la invención de la banca de
reserva fraccionaria y su rol en la economía moderna, no podremos
avanzar en una definición de una “banca de reserva fraccionaria”
de nueva generación, soberana.
El
caso es que, de hecho, muchos sistemas de monedas complementarias, de
crédito mutuo, lo hacen. El crédito dado por defecto a todos los
miembros de un sistema de crédito mutuo (CES, Community Exchange
System), aumenta, de la nada, la masa monetaria en una cantidad por
miembro. Eurocat
y Sonantes,
por tomar dos ejemplos, permiten autorizar lineas de crédito,
asimismo, de la nada.
El
crédito (no hipotecario, sin colateral, el basado en la garantía de
unos ingresos futuros) resuelve, al igual que la moneda, la “doble
coincidencia de deseos”, pero en la dimensión temporal. Alguien
necesita un dinero ahora para una oportunidad o necesidad de negocio
que es ahora y no después, pero solo tendrá ese dinero mas tarde,
cuando realice otra transacción de venta que no se puede adelantar
(el alquiler de un apartamento en la playa sera en verano). El dinero
llegara en el futuro, pero la cadena de transacciones, visible para
todos y relativamente segura (eso es lo que significa solvencia),
todavía no lo ha traído.
Todos
usamos la tarjeta de crédito. Compramos productos ahora con la
tarjeta porque el salario llegara casi seguro a fin de mes. La
compañía de la tarjeta ha analizado nuestra solvencia para fijar el
limite. La compañía analiza la estadística de impagos, fija
procedimientos de cancelación y reclamación, y lo promedia en los
costes.
Para
las PYMES, se trata de solucionar los problemas de flujo de caja.
El
crédito peer-to-peer (P2P) que necesitamos debe poder ser variable,
tan grande como sea necesario (dependiendo de la solvencia), y tener
una secuencia de devoluciones y unos plazos variables pero claros, y
los protocolos consecuencia de un impago bien especificados.
El
crédito P2P no consiste en la transferencia de los depósitos de uno
o varios pares acreedores a la cuenta del par deudor. Eso es
crowdfunding. El rol del crowdfunding es otro, es una
cuasi-inversion, cuando hay un interés directo o indirecto, sino en
los beneficios, en el resultado del negocio.
Lo
que es P2P es el análisis de solvencia del deudor. Uno o varios
pares, con la reputación suficiente (que estará en función del
monto del crédito, pero también del tiempo, según una formula
ajustable), tienen el poder de emitir su juicio sobre la solvencia
del solicitante del crédito y autorizarlo o no. De la misma manera
que el experto de la oficina de tu banco local autoriza tu crédito,
pero no lo saca de su bolsillo. Si el dictamen es positivo, la
Comunidad creara, de la nada, al igual que en la banca de reserva
fraccionaria, el dinero necesario para el crédito.
Una
vez devuelto, el dinero desaparece, de forma que la masa monetaria
vuelve a equilibrio.
Todo
ciudadano puede tener inicialmente una reputación de un orden de
magnitud al admitido en los sistemas de crédito mutuo. Para dar el
crédito, al prestamista se le deduce la cantidad de reputación
necesaria, que se le devuelve al devolverse el crédito, pero no pone
su dinero. Es un sistema con dos monedas, el dinero, que se puede
transferir, y una cuasi-moneda, la reputación, que no se puede
transferir, pero si variar.
Si
el deudor devuelve el dinero a tiempo, la reputación del
“prestamista” se incrementa (según una formula ajustable), de
manera que en el futuro puede autorizar créditos de mayor
envergadura. Si no, la reputación del “prestamista” se penaliza
(según una formula también ajustable), y posiblemente tanto al
prestamista como al deudor se les puede multar en dinero. De esta
manera el fraude se lleva a cero de forma sencilla.
Es
decir, en una Comunidad P2P, la función del análisis de la
solvencia se democratiza de forma radical, pero no se automatiza. Los
prestamistas pueden usar algunos indicadores como hacen ahora los
bancos, pero nada puede reemplazar el análisis humano en concreto de
la certeza o no de las transacciones que el prestatario ofrece como
aval.
Sin
embargo, el premio o la penalización de la reputación del
prestamista si se puede automatizar con formulas (y grabar en piedra
en el contrato en la cadena de bloques) de manera que nadie pueda
hacer fraude.
Una
comunidad puede querer poder asignar a algunos de sus miembros una
cantidad de reputación especial, por ejemplo personal especializado
del equipo gestor de la moneda. El Proyecto
Eurocat contempla la designación de tales
especialistas.
“Se
creara un cuerpo de Técnicos en Viabilidad Productiva Sostenible.
Estos técnicos serán profesionales, con formación especifica
obligatoria y con capacidad para aprobar lineas de crédito en
eurocats … accederán mediante una serie de pruebas a esta
condición, el mantenimiento de la cual dependerá del ratio de éxito
o fracaso de los créditos aprobados por ellos”.
Basta
añadir a la reputación igualitaria asignada a cada ciudadano por el
sistema, la libre disposición por los creadores de la moneda de una
cantidad adicional de reputación transferible a sus Técnicos
designados. A partir de ahí, su reputación variara con el “ratio
de éxito o fracaso de los créditos aprobados por ellos”, como la
del resto de los ciudadanos de a pie.
El
servicio de asesoramiento de la solvencia debería ser pagado. Su
precio lo puede fijar el mercado, de manera que no tiene que
pertenecer a la funcionalidad programada de la moneda. Algunos
ciudadanos pueden encontrarlo atractivo como modo de vida, y acumular
espontáneamente reputación suficiente para ganarse una capacidad de
autorización similar a los Técnicos designados oficialmente, sin
pasar por las pruebas. No hay mejor prueba que la demostrada en la
practica.
El
problema de la doble coincidencia de intereses se soluciona con un
buscador. Si necesitas un crédito, buscas un peer con reputación
suficiente para autorizarlo que te pille cerca de tu casa.
La
emisión ciudadana del Soberano para los Comunes
El
circuito del dinero de curso legal, el ciclo impositivo, empieza con
la recogida por el gobierno de una Comunidad dada de los impuestos de
año anterior, la devolución de los créditos pendientes, sigue con
la discusión y aprobación de los presupuestos del año siguiente,
la solicitud de los créditos para un posible déficit y finalmente
con el gasto de ese presupuesto en los servicios públicos. Comienza
un nuevo ciclo de recogida de impuestos.
Tras
discutir el crédito peer-to-peer, se hace evidente y obvio como debe
ser este mecanismo tanto en las futuras instituciones de gobierno de
los Comunes en la sociedad post-capitalista, como en las entidades
que ahora coordinan las islas de economía solidaria.
Cada ciudadano concederá al gobierno un crédito peer-to-peer, su
parte alícuota (igual para todos) del déficit del presupuesto,
presupuesto acordado democráticamente, de los Comunes. En un régimen
funcionando adecuadamente, donde se ha devuelto todo el crédito del
año anterior, el déficit sera el total. Cada año se regenera de
nuevo, creándolo de la nada en forma de crédito ciudadano, la
cantidad de dinero necesaria para financiar los gastos de los
comunes, sin intereses.
Esta
cantidad a prestar al gobierno, vinculada a los derechos democráticos
básicos vinculados a la ciudadanía, es igual para todos.
La
recogida de impuestos es un circuito diferente. Una vez recogidos, su
destino es cancelar el crédito ciudadano peer-to-peer, y por tanto
restituir la reputación de cada ciudadano (pero no dinero). Sin
embargo, los impuestos tienen una función de redistribución y por
tanto no son iguales para los ricos que para los pobres, y ademas el
pago es una transacción en dinero.
Crearan una moneda fiat con funcionalidad de crédito peer-to-peer a
cada escala
Impulsaran la creación de monedas respaldadas por un bien por sus
empresas y cooperativas
Funcionaran con un presupuesto para los trabajos Comunes a cada
escala financiado por un crédito peer-to-peer de todos sus
ciudadanos
Impusieran un sistema de impuestos, a ciudadanos y empresas, solo
pagable en la moneda fiat. Las donaciones deben ser contabilizadas
como parte de la recogida de impuestos.
No
es sencillo, pero si no se dan estas condiciones todo serán tracas
que se esfuman en el aire.
No
todo tiene que suceder a la vez. Una cripto-moneda con funcionalidad
de crédito peer-to-peer puede ser bastante viral, sobre todo si es
posible vincularla a redes sociales. Su extensión independiente
puede ser la base sobre la que edificar el resto. Hay que tener en
cuenta que la dimensión de localización la dan en gran medida los
peers que autorizan la moneda, que deben ser cercanos al prestatario.
Hasta que no se llegue a las fases 3 y 4, donde se vincula la moneda
al proceso impositivo del gobierno de una comunidad, no hay problema
en usar una moneda de este tipo global, de uso local solo en sentido
laxo. Una vez llegadas a estas fases, cada comunidad deberá lanzar
su propia moneda soberana, salvo que queramos repetir el desastre del
EURO.
El
papel del voluntariado como bomba osmótica de transferencia de valor
La
Economía Solidaria supone una fuerza
económica inmensa,
y su volumen, de momento invisible, es un volumen nada desdeñable.
Para empezar a hablar, hablemos del voluntariado. Millones de
personas entregan de forma voluntaria y filantrópica parte de su
tiempo en labores de voluntariado o en bancos de tiempo. El European
Volunteer Measurement Project
del EUROPEAN VOLUNTEER CENTRE estima en unos 140 millones de personas
en el mundo que hacen voluntariado y que su valor añadido asciende a
277 billones de euros. Equivalente a la 7ª economía en Europa. El
tiempo representa un 68% de todas las donaciones filantrópicas,
mucho más que todo lo que entregan los bancos, las empresas y los
estados en forma de donaciones monetarias.
Según
el informe de la European Foundation for the Improvement of Living
and Working Conditions - Second European Quality of Life Survey –
Participation
in volunteering and unpaid job – 2011
en Europa, como media, un 20% de la población adulta hace labores de
voluntariado, dedicando a ello entre 6 y 7 horas a la semana, entre
24 y 30 horas al mes.
Es
hora de poner en circulación esos valores económicos para mover el
molino de los circuitos monetarios de la economía solidaria.
Los
voluntarios que trabajan en las empresas o cooperativas de la
economía solidaria deben ser pagados en la moneda de esa
cooperativa, o alternativamente en la moneda soberana. Los
voluntarios que trabajan en trabajos de los Comunes, son
proto-empleados-publicos de la nueva economía. Deben ser pagados con
la moneda fiat, la moneda soberana, de esa Comunidad, su presupuesto
incluido en el presupuesto de esa Comunidad, y cubierto por los
impuestos.
Parecería
lógico que los bancos de tiempo también usaran esa moneda.
El
gasto que hagan los voluntarios en esa moneda es el pistón que pone
en circulación la nueva economía.
Convertir
las donaciones a Soberanos para mover el molino
Casi
todas las empresas sociales admiten donaciones en especie o en dinero
bancario o de curso legal. Los comedores sociales hacen colectas de
alimentos, por ejemplo. Se debería pagar en soberanos. Las
donaciones en euros, por ejemplo, deben ser convertidas a soberanos.
Las empresas sociales necesitan todavía euros para adquirir
productos y servicios. Eso no quita para que las donaciones primero
se “cambien” por soberanos al donante. Cuando hagan falta euros,
se ira al mercado cambiario de cripto-monedas.
Eso
no menoscaba el merito altruista de los donantes, al contrario. Es
como si llegaran en una barca a la isla de economía solidaria,
depositaran su ofrenda, y luego se les expulsara de vuelta a su país
del dinero deuda bancario. Hay que invitarlos a la isla y participar
de su vida social!
Soberanía
para llevar los registros en forma peer-to-peer
Por generalmente admitido, no hace falta casi argumentar que el nuevo
sistema monetario debe asentarse sobre la tecnología de la cadena de
bloques, de forma que la soberanía para llevar los registros en
forma peer-to-peer sea plena.
Por
muy buenas y éticas que sean las intenciones de una banca como
FIARE,
sean las intenciones de un CES sobre Cyclos,
no hay nada que impida que sigan el camino que siguieron las Cajas de
Ahorros, en España y en todo el mundo. La escalabilidad de Cyclos a
millones esta por demostrar, y la garantía de nivel de fiabilidad
del registro de las transacciones a los estándares de la banca (con
todas sus regulaciones, inspecciones, auditorias) apenas cuelga de la
confianza en una par de administradores del sistema.
Menos
asumido es que el nuevo sistema monetario debe desacoplar cada
moneda en concreto una cadena de bloques privada para cada moneda.
Necesitamos usar una tecnología de la cadena de bloques de segunda
generación que sirva como infraestructura general a cualquiera
relaciones contractuales acordadas entre las partes (monedas
soberanas, de producto) y programadas ad-hoc en la cadena de bloques,
donde el minado sea de la infraestructura y no de cada moneda, y sea
igualitario (son posibilidad de conquistar el 51% a fuerza de
computación).