Históricamente, en tiempos de Rosa Luxemburgo, el movimiento obrero y los sindicatos organizaban mucho más que la negociación colectiva de los contratos laborales en el marco de la economía capitalista (Old times Trade Unions parallel social economy). En realidad organizaban toda una economía paralela centrada en todos los servicios sociales que luego se han transferido al Estado de Bienestar: salud, educación, cultura, etc. El vínculo entre el movimiento sindical y la utopía de una nueva sociedad era muy fuerte.
Cabe la duda de si los sindicatos ya están en situación de volver a hacerlo, sobre todo si su único referente ideológico es el empleo en este sistema.
Son excepción las instituciones sindicales con una visión de un alcance algo mayor (the Global Labour Institute). Lo que no cabe duda es que ese camino de hace 200 años habrá que volver a recorrerlo, en vista del desmontaje del estado de bienestar.
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